Tácticas inteligentes de ahorro de energía para los nuevos empresarios
Los empresarios tienen muchas exigencias de tiempo. Es emocionante estar en el centro de la acción, dando a luz e impulsando cosas, pero también puede pasar factura a tu salud física y mental si no te cuidas.
Como propietaria de algunas pequeñas empresas, he tenido muchos días en los que he vuelto a casa completamente agotada y exhausta, y me he ido a la cama inmediatamente, sin cenar. (Prefiero saltarme la cena a reducir mis horas de sueño).
En esta entrada hablaré de ciertas tácticas que te ayudarán a realizar el trabajo importante sin que te arruines. A mí me funcionan y espero que a ti también te funcionen.
La organización como base
Soy muy organizado en todas las cosas importantes de mi vida. Planifico como un calendario y trabajo como un reloj. Mi vestuario está coordinado por colores y mi escritorio está libre de desorden. Si entraras en mi casa o en mi oficina, me acusarías de ser una maniática del orden.
Pero no podría estar más lejos de la verdad.
En realidad, soy una persona bastante perezosa, y por eso se me ocurren ideas para organizar mi vida de forma que me suponga un esfuerzo mínimo y funcione de forma eficiente gracias a una organización inteligente.
Cuando era más joven y soltera, mi casa era siempre un desastre, al igual que la mesa de mi ordenador. No soy ordenada por naturaleza y tampoco tenía incentivos para serlo.
Pero a medida que me ocupaba de más trabajo, me di cuenta de que los diez minutos que dedicaba cada mañana a buscar esto y aquello entre todo el desorden eran en realidad una pérdida de tiempo. Con el tiempo, estos minutos se acumulan. Para ahorrar esos minutos perdidos, decidí guardar todos mis objetos importantes en un lugar donde fuera fácil recuperarlos.
Y ahora, soy una planificadora. Planifico todo lo que puedo, dejando algo de tiempo para acomodar cosas no planificadas.
El domingo planifico las comidas de la semana y hago las compras correspondientes (sí, yo misma hago las compras). Sé lo que voy a llevar cada día de la semana. También planifico mis entrenamientos en el gimnasio, lo que me ahorra muchas ideas.
Pensar es agotador. Pasar el día con la fuerza de una rutina sólida no lo es.
Cumplir con las rutinas no me resultó fácil, pero se hizo más sencillo con la práctica. Recomiendo encarecidamente aprovechar el poder de una buena rutina si quieres superar días, semanas y meses agitados sin poner en peligro tu cordura y tu salud.
Priorizar, priorizar, priorizar
Sólo tienes una cantidad fija de energía para gastar cada día, así que gástala sabiamente. Haz una lista de las cosas más importantes para ti y quítatelas de encima primero.
Tanto si se trata de hacer ejercicio, como de reunirse con los clientes, o de redactar informes, o de todas ellas, ejecute sus tareas en el orden de importancia.
Cree listas de control para las tareas y las tareas dentro de las tareas; son un salvavidas.
Suponiendo que hayas emprendido el negocio con un socio, divide el trabajo entre los dos en función de lo bien que os complementéis y quítate algo de presión.
Haga que la tecnología trabaje para usted
¿Las aplicaciones para iPhone o Android pueden ayudarte de alguna manera? Si es así, aprovéchalas al máximo. Personalmente, las utilizo mucho y he llegado a una etapa en mi uso de la tecnología en la que no necesito el papel en absoluto. Me ahorra mucho tiempo en revolver las cosas para llegar a lo más importante.
Guardo los accesos directos a todos los documentos importantes en una carpeta llamada «Accesos directos importantes» en mi escritorio. Toda la información importante sobre mis clientes, reuniones, informes, mi dieta y mis compromisos sociales está guardada en mi smartphone, para el que tengo cuatro cargadores: uno para mi casa, otro para mi oficina, otro para mi coche y otro en mi bolsa de viaje.
Entrénate para concentrarte mejor
¿Así que estás escribiendo un correo electrónico a lo que podría ser un cliente muy importante? Olvídate de todo lo demás, de las tareas pendientes, de las llamadas que tienes que devolver, de la comida que te has perdido, de la señora que te da la lata, incluso de la posible respuesta del propio cliente.
Concéntrese en escribir un correo electrónico bueno y profesional, que cubra todos los puntos importantes, y ya está. Y una vez que lo hayas enviado, olvídate por completo de él. Pasa a la siguiente tarea y entra de nuevo en esa zona en la que la concentración te llega sin esfuerzo.
Llegar a la zona requiere práctica, pero lo harás más rápido de lo que crees. Puedes empezar hoy mismo realizando al menos algunas tareas con una atención despiadada. Tu concentración vacilará mucho, por lo que tendrás que ser implacable para mantenerla. Sin embargo, con el tiempo, esta implacabilidad será reemplazada por la suavidad a medida que tu enfoque se vuelve naturalmente más fuerte.
La concentración dispersa pierde mucha energía. Tápalo.
Siesta energética de 15 minutos
Si puedes permitirte este lujo, desconecta del mundo, apaga tus sentidos y adormécete durante 15 minutos por la tarde. Si no puedes dormir, déjate caer en lo que se conoce en yoga como la «postura del cadáver» durante 15 o 20 minutos (nunca más de media hora).
Esta siesta divide el día en dos y te prepara para la segunda mitad. Elimina las tensiones del día acumuladas hasta ese momento. Te sentirás notablemente ligero, rejuvenecido y preparado para las tareas que te esperan. No corras a base de cafeína. El zumo de naranja y un buen sueño son opciones mucho mejores.
Simplifique sus opciones
Las elecciones suponen un enorme desgaste de energía. Soy consciente de que no hay forma de evitarlas, pero recomiendo encarecidamente que solo se piense bien en las realmente importantes.
¿Realmente te importa si hoy comes un sándwich de atún o de salmón?
…si el pan del metro está tostado o no?
…si las cortinas de tu oficina son verdes o amarillas?
…si llevas un traje negro o azul marino a la función escolar de tu hija?
Si la respuesta es no, pasa a cosas que merecen un mayor grado de consideración por tu parte.
Conclusión: Hay muchas más tácticas de ahorro de energía para los empresarios ocupados, pero juro que las anteriores siempre me han funcionado. Pruébalas y cuéntame cómo te han funcionado.